Diálogo entre Isaac Torres y David Mora
IT: El proyecto CAVI (Consultorio Arquitectónico para la Vivienda) nace a partir de un intercambio, que se da entre tú y un mecánico, en una modalidad de trueque de servicios y conocimiento. Cuál sería el contexto desde el que surge la inspiración para darle vida a este modelo de práctica arquitectónica?
DM: CAVI nace a causa del desempleo, querer laborar en mi carrera y trabajar por mi cuenta fueron las principales causas que me motivaron a buscar una nueva forma de emplearme que además de obtener un sueldo podría asistir a los pobladores a la construcción de su vivienda pagando los servicios a sus posibilidades.
Conocí a mis amigos Fran y Pedro como resultado de comprarles la Caribe (el ya mencionado automóvil), donde inicie mi primer consultorio arquitectónico. Los conocí en 1999 y desde entonces tenemos una amistad muy cercana y debido a ellos he logrado muchas de mis metas actuales.
Al igual que ellos provengo de colonias populares con muchas deficiencias de equipamiento urbano, y fue por esta razón que me sentí identificado a su problemática urbana.
IT: ¿Cómo describirías la esencia de CAVI?
DM: Dar consultas arquitectónicas profesionales a cualquier poblador de escasos recursos a un costo razonable. Incentivar a los pobladores al mejoramiento barrial y urbano, así como a la difusión de este sistema de trabajo a los futuros arquitectos.
IT: A lo largo de más de 10 años de trabajo con los consultorios cuáles han sido las enseñanzas o experiencias que te gustaría destacar o rescatar, y que has recibido de parte de la población que se ha visto beneficiada con sus proyectos, pero que a su vez ha podido aportar algo de regreso.
DM: No cabe duda que son innumerables, pero a forma de simplificación. Los pobladores de escasos recursos son mucho más unidos a consecuencia de tener que resolver problemas comunes de tipo urbano, económico, social y político. A diferencia de la clase media que solo soluciona de forma individual, lo cual provoca una desigualdad en todo sentido humano. He aprendido que solo a través de la solidaridad podremos mejorar nuestro entorno social y cultural.
Para lograr esto debemos respetar el principio más básico de relación humana…
Nuestra palabra es la representación de la verdad e integridad.
IT: Trabajas directamente con estudiantes desde el aula como profesor hasta el ámbito profesional y de práctica, ¿Cómo perciben los futuros arquitectos este tipo de iniciativas? ¿Consideras que esta sería una verdadera función social de la arquitectura y el puente entre la educación y la práctica?
DM: Afortunadamente los alumnos que estudian conmigo están interesados en trabajar con pobladores de escasos recursos, les gusta y emociona participar en este proyecto desde que son estudiantes debido a que logran observar el cambio radical en el bienestar de una familia y para ellos es la aplicación real de conocimientos, no solo un ejercicio irreal en una aula.
Tenemos 65000 arquitectos egresados cada año en el país y solo un 15% trabaja exclusivamente como arquitecto y por otro lado tenemos un 80% de pobladores que construyen sus casas sin arquitecto y un 60% de pobreza en México, el poder llevar a todos los alumnos a realizar una labor social a las zonas de extrema pobreza ha ayudado a integrar al arquitecto con los pobladores de escasos recursos además regresa a las universidades a su principio básico educamos profesionales para ayudar a la población, no para sí mismos.
Por mi parte me es muy grato ver como a los estudiantes les cambia la expresión del rostro al ver como las familias construyen sus proyectos y observar cómo se sienten orgullos de su profesión.
IT: En una ciudad que ha aprendido a crecer sin arquitectos ¿la gente recibe con gusto las aportaciones del arquitecto o existe reticencia o algún tipo de rechazo por parte de algunos sectores o pobladores de las comunidades en las que trabajas?
DM: Todos los pobladores son participativos y les encanta ver sus diseños realizados en maquetas tridimensionales e impresos, proyectan sus vidas y propician metas familiares, fomentan unión vecinal y el mejoramiento urbano, en verdad son participativos en todo el proceso de diseño e investigación.
El mayor problema se encuentra cuando queremos ayudar a pobladores y colonias que están asistidos por partidos políticos y organizaciones populares, nos han corrido del sitio y en algunas ocasiones hasta robado las cámaras. A pesar de que explicamos que no cobramos por el servicio y es un ejercicios escolar o social siempre nos acusan de que querer ejercer un beneficio a cambio de un favor, sobre todo político y económico y solo cuando logramos entrevistarnos con los dirigentes es cuando nos permiten trabajar aunque siempre nos sentimos vigilados.
A mi parecer la mejor forma de aproximación es dar consultas arquitectónicas por 50 pesos en los tianguis de las colonias, para mí es fenomenal.
IT: ¿Cómo imaginas a la ciudad (entendida esta como todo el conglomerado metropolitano) y a estos territorios en particular (Chalco, Chicoloapan y anexas) en los próximos 30 años?
DM: UN CAOS debido a la falta de comunicación entre profesionales, pobladores e instituciones del Estado. Solo podremos mejorar cuando todos los actores trabajemos en conjunto. Los conflictos económicos, sociales y culturales que sufrimos en nuestras ciudades son muy severos. Es por ello que debemos educar a todos los profesionales a resolver de forma inmediata estos problemas para que en 30 años podamos dar resultados exitosos de urbanización.